¡Hola, nuevamente! Hoy continuamos compartiendo nuestro viaje en Torres del Paine. Este es nuestro segundo día, iniciando desde la Base Torres y llegando al Campamento El Francés. Este segundo día corresponde al día 16 de Noviembre.
Recorrido de 15.5 km
Tiempo 7 horas
Desayuno en el Refugio Central:
Nuestro día comenzó con un desayuno con una vista espectacular en el refugio central. Los primeros rayos de sol se reflejaban en las imponentes montañas, creando una sinfonía de colores que daban inicio a nuestra travesía.
Caminata y Paisajes:
La caminata fue larga pero con un grado de dificultad medio, lo que nos permitió detenernos en varios puntos para absorber la magnificencia del paisaje. Caminábamos junto a ríos cristalinos, bajo cielos azules despejados y a través de valles llenos de vegetación vibrante. Cada paso nos adentraba más en el corazón de la naturaleza, regalándonos vistas panorámicas que parecían sacadas de un cuadro.
Sendero Junto al Lago Nordenskjöld:
Una de las partes más memorables del sendero fue cuando caminamos junto al lago Nordenskjöld. El agua turquesa del lago contrastaba con las montañas y glaciares a nuestro alrededor, creando un escenario de ensueño. A lo largo del sendero, el sonido relajante de las olas rompiendo contra la orilla nos acompañaba, y el reflejo de los picos nevados en la superficie del agua era simplemente impresionante. Nos detuvimos en varias ocasiones para admirar la vista y tomar fotografías, intentando capturar la esencia de un lugar tan mágico.
Parada en Campamento Cuernos:
A mitad de nuestra caminata, llegamos al Campamento Cuernos. Este lugar fue una parada perfecta para descansar y recuperar energías. Las vistas aquí eran igualmente impresionantes, con los Cuernos del Paine elevándose majestuosamente contra el cielo. El entorno sereno y la compañía de otros senderistas hicieron de esta parada un momento memorable en nuestra travesía.
Llegada al Campamento El Francés:
Al llegar al campamento El Francés, el cansancio del día se disipó momentáneamente gracias a la vista de las majestuosas montañas circundantes, envueltas en un aire fresco y puro. Un baño con agua caliente se sintió como un verdadero lujo después del largo recorrido. La cena fue más que merecida; pollo, ensalada, pan y un postre llamado chocolatoso nos devolvieron las energías. No sin antes confirmar el clima del siguiente día, que se esperaba lluvioso y con viento nos dirigimos a nuestra carpas para una noche de descanso.
Noche en el Campamento:
A pesar del cansancio, despertamos varias veces durante la noche debido a las fuertes ráfagas de viento, que según nos comentaron alcanzaron entre 90-100 km por hora. Las carpas temblaban y el sonido del viento rugiente nos acompañaba, recordándonos la fuerza indomable de la naturaleza. Aun así, la experiencia y la aventura continuaban haciéndose inolvidables.
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