Rumbo a lo Esencial: Preparando el alma para cruzar las Barrancas del Cobre

Hay viajes que se planean con mapas, y hay otros que se gestan en silencio. Este no nació en una agencia ni se acomodó a la agenda de un tren. Nació del impulso de caminar lo profundo, de vivir cada curva de la Sierra Tarahumara con los pies bien puestos sobre la tierra.

El trayecto que se avecina no busca comodidad, busca conexión. Saldremos desde Creel y Cusarare y llegaremos cinco días después a Divisadero. Cargaremos con tiendas de campaña, comida básica y lo justo para resistir la intemperie. Pero más allá de mochilas y rutas, vamos cargando preguntas. Las que no caben en un itinerario.

Durante este trayecto, nos apoyaremos en Marco Ruvalcaba, montañista de Chihuahua, conocedor profundo del terreno y de los ritmos que impone la sierra. Junto a nosotros caminarán también miembros de la comunidad tarahumara: los de los pies ligeros, herederos de una relación ancestral con estas tierras. Su presencia no será decorativa: será testimonio vivo de otro modo de habitar el mundo.

También me acompaña, como en cada una de nuestras aventuras, mi esposa: compañera incondicional de caminos y pensamientos. Su energía convierte los días difíciles en jornadas ligeras, y su mirada práctica le da forma a los detalles que suelen pasar desapercibidos. Siempre encuentra la forma más eficiente, más humana, de atravesar los retos que se presentan. Lo que yo callo, ella lo observa. Lo que se pierde en el mapa, ella lo intuye. Sin su presencia, este viaje tendría otra textura, otro ritmo… quizás más solitario.

¿Qué sucede cuando se abandona el ruido para escuchar el sonido del viento? ¿Qué vemos cuando el ritmo lo marca el cuerpo y no el reloj? Este trekking será más que una travesía: será una conversación con el entorno, con quienes lo entienden desde adentro, y con quienes hacen de cada paso una celebración compartida.

Antes de partir, no hay certezas. Solo la intuición de que este camino, más que recorrerse, se habita. En las próximas entradas documentaremos no solo las coordenadas del trayecto, sino las emociones que vayan brotando. Porque en Soul Voyagers, no viajamos para acumular destinos. Viajamos para descubrir nuevas formas de ser.

“Caminar es resignificar el mundo con cada paso.”

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